El susurro del bambú
Un discípulo, frustrado por no recibir respuestas claras, preguntó al maestro:
—¿Por qué nunca me responde directamente?
El maestro lo llevó al bosque de bambú. El viento apenas rozaba las hojas.
—¿Qué oyes? —preguntó el maestro.
—Nada… solo un susurro muy suave.
—Así llega la respuesta —dijo el maestro—. Si esperas un trueno, la perderás. Si escuchas el susurro, ya la tienes.
En "El susurro del bambú", un discípulo aprende que no toda respuesta llega como un trueno; a veces, la comprensión se desliza como un susurro que hay que saber escuchar.
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