La luz en el cubo de agua
Un discípulo fue a ver a su maestro con el ceño fruncido.
—Mi mente está inquieta. ¿Cómo puedo aclararla?
El maestro le entregó un cubo lleno de agua turbia y lo colocó bajo el sol.
—Espera —dijo.
El discípulo observó en silencio. Con el tiempo, la tierra del fondo se asentó y el agua se volvió clara.
En la superficie apareció el reflejo del sol.
—Así ocurre con tu mente —dijo el maestro—. No la remuevas más; deja que se asiente, y la luz se mostrará por sí sola.
En "La luz en el cubo de agua", un maestro zen muestra a su discípulo que la claridad interior no proviene de forzar la mente, sino de permitir que el agua —y el corazón— se asienten.
Tiempo de lectura: 1 min