El monje furioso

Tanzan y Ekido recorrían cierta vez un camino embarrado. Aún caía una fuerte lluvia.

Al doblar un recodo se encontraron con una hermosa muchacha que vestía kimono y faja de seda, incapaz de cruzar el camino.

–Vamos, chica –le dijo Tanzan en seguida y, tomándola en brazos, la llevó por encima del fango.

Ekido no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron al templo que les alojaría. Entonces ya no pudo contenerse.

–Nosotros, los monjes, no nos acercamos a las mujeres –le dijo a Tanzan–, sobre todo a las que son jóvenes y encantadoras. Es peligroso. ¿Por qué has hecho eso?

–Dejé a la chica allí –replicó Tanzan–. ¿Es que tú todavía la llevas a cuestas?

El relato "El monje furioso" narra cómo dos monjes, Tanzan y Ekido, enfrentan una situación donde una joven necesita ayuda para cruzar un camino embarrado. Tanzan ayuda sin dudar, mientras que Ekido reprende su acción horas después debido a las normas monásticas. Tanzan, con su respuesta, refleja la idea de vivir en el momento y dejar ir las ataduras, un principio zen, mientras Ekido se aferra a las reglas y continúa cargando con el incidente mucho después de que ha ocurrido.