El espejismo

Una vez, un hombre fue invitado a la casa de un amigo. En el momento en que iba a beber el vino que le habían ofrecido, creyó ver una pequeña serpiente en el fondo de la copa. Para no importunar a su anfitrión, no le dijo nada y se lo tragó todo.

Cuando regresó a su casa, comenzó a sentir fuertes dolores de estómago. Le prescribieron numerosos medicamentos, pero como cada vez se sentía peor, creyó que moriría. Su amigo, alertado por lo sucedido, lo invitó nuevamente a su casa. Lo hizo sentar en el mismo lugar y le ofreció una copa de vino, avisándole de que era medicina.

En el momento en que el enfermo se llevaba la copa a los labios, vio nuevamente, en el fondo de la misma, a la pequeña serpiente. Esta vez se lo comunicó a su convidante, quien, sin decir ni una sola palabra, señaló un arco que colgaba del techo. De pronto, el enfermo se dio cuenta de que la «cría de serpiente» era el reflejo del arco que colgaba encima de él. Los dos hombres se miraron y se pusieron a reír y el enfermo recuperó la salud.